Este es el primero de cuatro artículos que están siendo publicados por un medio de comunicación local y que nos gustaría compartir. Esperamos que sea de vuestro interés
Nuestras sociedades envejecen: ¿problema, reto u oportunidad?
El envejecimiento activo es definido por la Organización Mundial de la Salud como el proceso de optimizar las oportunidades en relación con la salud, la participación y la seguridad de manera que se mejore la calidad de vida de las personas al hacerse mayores. Permite a los individuos realizar su potencial de bienestar a lo largo de toda su vida y participar en la sociedad de acuerdo a sus necesidades, deseos y capacidades, al tiempo que facilitarles una adecuada protección, seguridad y cuidados cuando necesitan asistencia. Esta definición incluye el continuar como mano de obra activa, a la vez que el seguir participando activamente en la sociedad.
Hoy en día, los europeos viven vidas más largas y sanas que nunca antes. Desde 1960, la esperanza de vida ha aumentado en ocho años y las proyecciones demográficas predicen otro incremento, éste de 5 años, en los próximos cuarenta años. Es un logro histórico que merece ser celebrado. En particular, en España en las últimas décadas se ha ido ganando un año más cada cuatro hasta llegar a los más de 81 de media para hombres y mujeres en la actualidad.
Esta creciente esperanza de vida, combinada con bajas tasas de natalidad también implica un equilibrio cambiante entre personas jóvenes y mayores, una transformación que se ve acelerada actualmente por el hecho de que las grandes generaciones del baby boom están alcanzando la edad de jubilación.
Los cambios demográficos mencionados presentan ciertos retos y oportunidades. El envejecimiento de la población puede incrementar la presión sobre los presupuestos públicos y los sistemas de pensiones, y además sobre la dotación de personal de los servicios sociales y de asistencia para mayores. La vejez todavía es muchas veces asociada con enfermedad y dependencia, y los mayores pueden sentirse discriminados respecto al empleo y también a la vida familiar y comunitaria. Existe además el temor de que el envejecimiento acelerado de las sociedades europeas pudiera llevar a que las generaciones mayores supusieran una carga excesiva para los más jóvenes, sobre todo las personas en edad de trabajar, y esto podría resultar en tensiones entre las distintas generaciones.
Esta visión olvida, sin embargo, la significativa contribución real y potencial que las personas mayores y las generaciones del baby boom en particular pueden hacer a la sociedad. Una oportunidad clave, por tanto, para afrontar el reto del envejecimiento demográfico y preservar la solidaridad intergeneracional consiste en asegurar que estas generaciones permanezcan por más tiempo en el mercado de trabajo y que sigan sanas, activas y autónomas el periodo más largo posible tras la jubilación.
En este contexto, la Unión Europea celebra en 2012 el Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional, que tiene como objetivo concienciar sobre la contribución que los mayores hacen a la sociedad. Pretende fomentar la acción concertada de responsables políticos y de todas las partes interesadas para crear más y mejores oportunidades para un envejecimiento activo y para reforzar la solidaridad entre generaciones.
El envejecimiento activo habla de hacerse mayor con buena salud y actuando como un miembro de la sociedad con plenos derechos, sintiéndose más satisfecho con su trabajo, más independiente en la vida diaria y más comprometido como ciudadano. Las personas mayores, no importa su edad, pueden desempeñar su papel en las sociedades europeas y disfrutar una mejor calidad de vida. El reto es poner en valor el enorme potencial que tienen, incluso en las edades más avanzadas. El Año Europeo 2012 busca promover este envejecimiento activo sobre todo en tres áreas:
Empleo: al tiempo que la esperanza de vida aumenta en toda Europa, las edades de jubilación se retrasan, pero muchas personas temen que no podrán conservar sus trabajos o encontrar otros mientras llega el momento en que puedan retirarse con una pensión decente. Se debe ofrecer a los mayores mejores oportunidades en el mercado laboral.
Participación en la sociedad: jubilarse no significa convertirse en alguien ocioso. La contribución de los mayores a la sociedad como cuidadores de otras personas, normalmente sus propios padres o esposos, y sus nietos, es a menudo minusvalorada, igual que su papel como voluntarios. Es necesario un mayor reconocimiento y apoyo a la aportación que los mayores hacen a la sociedad.
Independencia: la salud empeora al envejecer pero se puede hacer mucho para sobrellevar este declive. Pequeños cambios en nuestro entorno pueden suponer una gran diferencia para las personas que sufren diversas limitaciones de salud y discapacidades. El envejecimiento activo también supone capacitar a las personas cuando envejecen para que puedan seguir siendo responsables de sus propias vidas el mayor tiempo posible.
Y todo ello a través de una serie de acciones centradas en el objetivo general del Año tal y como lo define la Decisión del Parlamento Europeo y del Consejo:
“El objetivo general del Año Europeo es facilitar la creación en Europa de una cultura del envejecimiento activo, basada en una sociedad para todas las edades. En este marco, el Año Europeo fomentará y apoyará los esfuerzos de los Estados miembros y sus autoridades regionales y locales, de los interlocutores sociales, de la sociedad civil y de la comunidad empresarial, incluidas las pequeñas y medianas empresas, para promover el envejecimiento activo y redoblar el esfuerzo por movilizar el potencial de las personas, cada vez más numerosas, próximas a los 60 años o mayores. De ese modo, fomentará la solidaridad y la cooperación entre las generaciones, teniendo en cuenta la diversidad y la igualdad entre las mujeres y los hombres. Promover el envejecimiento activo consiste en crear mejores oportunidades para que las mujeres y los hombres de más edad puedan participar en el mercado laboral, combatir la pobreza, en particular la de las mujeres, y la exclusión social, incentivando el voluntariado y la participación activa en la vida familiar y en la sociedad, y fomentando un envejecimiento saludable con dignidad. Esto supone, entre otros, adaptar las condiciones laborales, luchar contra los estereotipos negativos relacionados con la edad y contra la discriminación por razón de edad, mejorar la higiene y la seguridad en el trabajo, adaptar los sistemas de aprendizaje permanente a las necesidades de una mano de obra de más edad y garantizar que los sistemas de protección social sean adecuados y proporcionen incentivos correctos.”
Este objetivo general se traduce también en los siguiente objetivos más concretos:
Hoy en día, los europeos viven vidas más largas y sanas que nunca antes. Desde 1960, la esperanza de vida ha aumentado en ocho años y las proyecciones demográficas predicen otro incremento, éste de 5 años, en los próximos cuarenta años. Es un logro histórico que merece ser celebrado. En particular, en España en las últimas décadas se ha ido ganando un año más cada cuatro hasta llegar a los más de 81 de media para hombres y mujeres en la actualidad.
Esta creciente esperanza de vida, combinada con bajas tasas de natalidad también implica un equilibrio cambiante entre personas jóvenes y mayores, una transformación que se ve acelerada actualmente por el hecho de que las grandes generaciones del baby boom están alcanzando la edad de jubilación.
Los cambios demográficos mencionados presentan ciertos retos y oportunidades. El envejecimiento de la población puede incrementar la presión sobre los presupuestos públicos y los sistemas de pensiones, y además sobre la dotación de personal de los servicios sociales y de asistencia para mayores. La vejez todavía es muchas veces asociada con enfermedad y dependencia, y los mayores pueden sentirse discriminados respecto al empleo y también a la vida familiar y comunitaria. Existe además el temor de que el envejecimiento acelerado de las sociedades europeas pudiera llevar a que las generaciones mayores supusieran una carga excesiva para los más jóvenes, sobre todo las personas en edad de trabajar, y esto podría resultar en tensiones entre las distintas generaciones.
Esta visión olvida, sin embargo, la significativa contribución real y potencial que las personas mayores y las generaciones del baby boom en particular pueden hacer a la sociedad. Una oportunidad clave, por tanto, para afrontar el reto del envejecimiento demográfico y preservar la solidaridad intergeneracional consiste en asegurar que estas generaciones permanezcan por más tiempo en el mercado de trabajo y que sigan sanas, activas y autónomas el periodo más largo posible tras la jubilación.
En este contexto, la Unión Europea celebra en 2012 el Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional, que tiene como objetivo concienciar sobre la contribución que los mayores hacen a la sociedad. Pretende fomentar la acción concertada de responsables políticos y de todas las partes interesadas para crear más y mejores oportunidades para un envejecimiento activo y para reforzar la solidaridad entre generaciones.
El envejecimiento activo habla de hacerse mayor con buena salud y actuando como un miembro de la sociedad con plenos derechos, sintiéndose más satisfecho con su trabajo, más independiente en la vida diaria y más comprometido como ciudadano. Las personas mayores, no importa su edad, pueden desempeñar su papel en las sociedades europeas y disfrutar una mejor calidad de vida. El reto es poner en valor el enorme potencial que tienen, incluso en las edades más avanzadas. El Año Europeo 2012 busca promover este envejecimiento activo sobre todo en tres áreas:
Empleo: al tiempo que la esperanza de vida aumenta en toda Europa, las edades de jubilación se retrasan, pero muchas personas temen que no podrán conservar sus trabajos o encontrar otros mientras llega el momento en que puedan retirarse con una pensión decente. Se debe ofrecer a los mayores mejores oportunidades en el mercado laboral.
Participación en la sociedad: jubilarse no significa convertirse en alguien ocioso. La contribución de los mayores a la sociedad como cuidadores de otras personas, normalmente sus propios padres o esposos, y sus nietos, es a menudo minusvalorada, igual que su papel como voluntarios. Es necesario un mayor reconocimiento y apoyo a la aportación que los mayores hacen a la sociedad.
Independencia: la salud empeora al envejecer pero se puede hacer mucho para sobrellevar este declive. Pequeños cambios en nuestro entorno pueden suponer una gran diferencia para las personas que sufren diversas limitaciones de salud y discapacidades. El envejecimiento activo también supone capacitar a las personas cuando envejecen para que puedan seguir siendo responsables de sus propias vidas el mayor tiempo posible.
Y todo ello a través de una serie de acciones centradas en el objetivo general del Año tal y como lo define la Decisión del Parlamento Europeo y del Consejo:
“El objetivo general del Año Europeo es facilitar la creación en Europa de una cultura del envejecimiento activo, basada en una sociedad para todas las edades. En este marco, el Año Europeo fomentará y apoyará los esfuerzos de los Estados miembros y sus autoridades regionales y locales, de los interlocutores sociales, de la sociedad civil y de la comunidad empresarial, incluidas las pequeñas y medianas empresas, para promover el envejecimiento activo y redoblar el esfuerzo por movilizar el potencial de las personas, cada vez más numerosas, próximas a los 60 años o mayores. De ese modo, fomentará la solidaridad y la cooperación entre las generaciones, teniendo en cuenta la diversidad y la igualdad entre las mujeres y los hombres. Promover el envejecimiento activo consiste en crear mejores oportunidades para que las mujeres y los hombres de más edad puedan participar en el mercado laboral, combatir la pobreza, en particular la de las mujeres, y la exclusión social, incentivando el voluntariado y la participación activa en la vida familiar y en la sociedad, y fomentando un envejecimiento saludable con dignidad. Esto supone, entre otros, adaptar las condiciones laborales, luchar contra los estereotipos negativos relacionados con la edad y contra la discriminación por razón de edad, mejorar la higiene y la seguridad en el trabajo, adaptar los sistemas de aprendizaje permanente a las necesidades de una mano de obra de más edad y garantizar que los sistemas de protección social sean adecuados y proporcionen incentivos correctos.”
Este objetivo general se traduce también en los siguiente objetivos más concretos:
- “Sensibilizar a la sociedad en general sobre el valor del envejecimiento activo y sus distintas dimensiones, y garantizar que se le concede una posición prominente en las agendas políticas de las partes interesadas a todos los niveles, a fin de destacar, y de apreciar en mayor medida la valiosa contribución que las personas de más edad hacen a la sociedad y a la economía, promover el envejecimiento activo, la solidaridad intergeneracional y la vitalidad y dignidad de todas las personas, y esforzarse más por movilizar el potencial de las personas mayores, independientemente de su origen, posibilitando que lleven una vida independiente;
- Estimular el debate y el intercambio de información, y desarrollar el aprendizaje mutuo entre los Estados miembros y las partes interesadas a todos los niveles, para promover políticas de envejecimiento activo, identificar y difundir las buenas prácticas y fomentar la cooperación y las sinergias;
- Ofrecer un marco para asumir compromisos y realizar acciones concretas que permitan a la Unión, a los Estados miembros y a las partes interesadas a todos los niveles, con la participación de la sociedad civil, los interlocutores sociales y las empresas, y haciendo especial hincapié en el fomento de las estrategias de información, desarrollar soluciones, políticas y estrategias a largo plazo innovadoras, incluidas las estrategias globales de gestión de la edad relacionadas con el empleo y el trabajo, mediante actividades específicas y perseguir objetivos específicos en relación con el envejecimiento activo y la solidaridad entre las generaciones;
- Promover actividades que sirvan para luchar contra la discriminación por razón de edad, superar los estereotipos relacionados con la edad y eliminar barreras, en particular por lo que respecta a la empleabilidad.”
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